la-importancia-de-beber-aguaNada más cierto que la frase que le da título a este artículo. Nuestro cuerpo está compuesto por un 60 a 78% de agua. Es vital para todas sus funciones fisiológicas, es más, las personas no podemos estar más de cinco o seis días sin beberla ya que se comprometería seriamente nuestra vida.

El agua en nuestro cuerpo permite:

– Que el cerebro lleve a cabo sus funciones fisiológicas de manera optima, permitiendo así una mejor conductividad de los impulsos eléctricos entre neuronas y por ende una mejor concentración en las tareas diarias.
– Que se desarrollen todos los procesos metabólicos adecuadamente.
– Regular la temperatura corporal.
– Transporta los nutrientes a las células y de las sustancias de desecho desde las células.

Sin embrago existen grandes mitos en torno a su consumo diario, a continuación menciono algunos de ellos:

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1. Ocho vasos de agua purificada al día es lo más recomendable. No siempre esto es así, aunque ocho vasos de agua purificada es la recomendación genérica para la hidratación de un adulto, hay que tener en cuenta las condiciones personales como lo son ejercicio, temperatura del medio ambiente, el sexo, la edad, la transpiración. El indicador de la ingesta correcta de la cantidad de agua es la orina: si es de color claro y no tiene un olor particularmente concentrado significa que el cuerpo se encuentra bien hidratado.

2. Entre más agua purificada se tome será mejor. Si bien es cierto que el agua es imprescindible para la hidratación correcta, también es cierto que el exceso es perjudicial, ya que puede provocar que se pierdan sales minerales esenciales como el potasio.

3. Si no tengo sed, no necesito tomar agua. No sentir sed no significa que se esté correctamente hidratado, es más, algunos especialistas recomiendan que se tome agua purificada antes de tener la sensación, máxime si la temperatura ambiente es alta o se ha realizado un gran esfuerzo físico y así evitar una deshidratación que puede desequilibrar las funciones metabólicas de nuestro cuerpo.

4. Y el último gran mito: el agua adelgaza. El agua ayuda a saciar el apetito, mejora notablemente el tránsito intestinal, elimina toxinas, también ayuda a metabolizar la grasa, es por eso que se convierte en una gran aliada para los regimenes alimenticios, pero como tal, no tiene el poder adelgazante.

Es importante consumir agua purificada natural en la cantidad correcta, se tenga o no sed, se esté o no con sobrepeso. El agua purificada beneficiará notablemente nuestra salud. ¡Salud!